viernes, 13 de enero de 2012

MILONGUERO




Milo, hijo de "Priscilla" una perrita, tierna y muy delicada que tuvo varios cachorros, de todos nos quedamos con él y vaya si no acertamos en la elección. Siempre mostraba ser el mas afectuoso, se acercaba  meneando su cola en búsqueda de una caricia  de los niños. Un buen amigo, de los quince años que estuvimos viviendo en San Roque nos acompañó trece, con permanente muestras de dulzura, cariño y respeto. Tuvo el particular gesto de ser un alegre compañero de juego durante la infancia de mis hijos. Los días viernes de fulbito y de peña, el retorno a casa era tarde, sin embargo siempre me estaba esperando, al lado de la puerta, alertaba a todos con sus ladridos y su particular y alegre forma de avisar que yo llegaba. Aún faltaba media cuadra,  pero el ya había organizado una fiesta de recepción, a su manera. En esta foto, estamos en la puerta de entrada a la casa, un sábado por la mañana, en que podíamos disfrutar del jardín exterior, con la visita de tórtolas, picaflores y jilgueros que bajaban a tomar el agua con que regábamos las plantas. Este increíble amigo de tantas aventuras, pasó por nuestras vidas dejándonos una hermosa lección de lealtad, gratitud y afecto sincero. ¡Siempre lo recuerdo!, gracias por esos lindos momentos juntos.
“Los perros son nuestro enlace con el paraíso.
No conocen la maldad, los celos o el descontento.
Sentarse con un perro en una colina durante una gloriosa puesta de sol es estar de vuelta en el Edén, donde no hacer nada no es aburrimiento, sino paz.”

"Cuando el tiempo pase y tu me olvides, silenciosa vivirás en mí; porque en la penumbra de mis pensamientos, todos los recuerdos me hablarán de tí".
Gustavo Adolfo Becquer.

Milán Kundera

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