miércoles, 5 de marzo de 2014

DON  MAGA

Siempre en cada pueblo existen personajes muy especiales ya sea por su aspecto físico, por su estatura, contextura, raza o algún rasgo que lo identifique, además de otros  que por su peculiar forma de expresarse consiguen ocupar un sitio especial en el recuerdo de la gente, mas aun si se trata de centros poblados de provincia o un valle tradicional como es el caso de nuestro querido Lurín.
Alguna vez, siendo aun pequeño escuché contar algunas historias de un personaje muy querido y carismático al que le decían “Don Maga”, a su aspecto desgarbado y despreocupado se le sumaba una ligera cojera que la “polio” le había dejado desde la niñez, de mediana estatura y de gran físico ya que el trabajo rudo que realizaba, de carga y descarga de los camiones con material para construcción le había permitido desarrollar. Tenía una típica forma de hablar, su voz gruesa de tono grave, semejaba el potente mugido de un toro de lidia, aquellos que se dan tres vueltas al ruedo antes de embestir al torero… lo cual unido a su parquedad y ruda  forma de expresar sus ideas lo hacían el favorito en reuniones y tertulias de barrio con la celebración de sus repentinas y sorprendentes respuestas, cargadas de picardía y sabiduría popular, de aquellas personas que se refieren a tal o cual circunstancia siempre de la manera en que lo han vivido, no de lo aprendido en libros y nos dejan la certeza  que muchas veces las mejores lecciones de la vida son aquellas que se aprenden viviéndolas; así, alguna de estas manifestaciones, quedaban grabadas en el recuerdo de la gente y eran utilizadas en determinadas ocasiones por el colectivo popular para expresar una idea o un caso en concreto.
La pesca artesanal ha sido desde tiempos inmemoriales hasta la década de los sesenta y setenta  una de las actividades más utilizadas para el sustento de la gente del pueblo, debido a su cercanía con las extensas playas que bañan las costas de nuestro valle en Lurín y también a la gran variedad de peces que existen en nuestro litoral. Para llevar a cabo sus actividades los pescadores utilizaban una serie de modalidades y técnicas siendo una de las más usuales la pesca en “Cala” con redes (“Chinchorro”) y que se realizaba con el ingreso al mar de dos embarcaciones (balsas) que se disponían sincronizadamente en una área determinada en el mar, previamente estudiada por el jefe de la misión o patrón de balsas, para enseguida tender las redes (chinchorro) que luego de un tiempo prudencial eran recogidas de tal forma que semejaba un embudo, arrastrando hasta la orilla una variedad de especies marinas, entre peces, crustáceos y otros, contando desde la orilla con la ayuda de los “jaladores”, quienes ayudaban a tirar de los cabos (sogas) para acelerar “la varada” y evitar que se escaparan las especies capturadas.
Cuando había luna llena era casi seguro que al día siguiente era soleado de mar abierta y se auguraba buena pesca y los caladores se preparaban para ir al mar en la búsqueda de recoger los recursos que este le brindaba. Habían días en que la mar estaba “movida” y no era recomendable salir, así que era común entre los pescadores pasar la voz según la jerga pueblerina, cuando la mar estaba “en seca” (Marea baja) o “en llena” (Marea alta), para preparar las balsas subirlas a los camiones e ir a la playa en un ritual muy particular, ya que al paso del camión que transportaba las balsas por las calles del pueblo, iban subiendo los pescadores y ayudantes que se encontraban en el trayecto, llamándolos por sus apodos o “chapas” que con agudo ingenio les colocaban en el momento,  causando la burla y risas de los que estaban a bordo….
Un día de aquellos en que la pesca estaba venida a menos y los amigos “caladores” se encontraban arreglando sus redes y reparando las balsas, pasaba por el lugar “Don Maga” con paso sigiloso y cadencioso, iba con la camisa abierta y sudoroso debido al sofocante calor del verano.
-Oye ahí viene “Maga” pásale la voz para que nos cuente la última…. La verdad que lo que pretendían era pasar el rato con nuestro personaje, tan pintoresco y casual…
- ¡”Don Maga! Acérquese un ratito por favor, queremos hacerle una pregunta….
- Si díganme que quieren saber, pero rapidito porque estoy apurado, tengo harta chamba y no la puedo dejar pasar, dijo con ese tono grave,  particular en el…
-Queremos saber ¿Cómo estará el tiempo para mañana?,  para ver si salimos o no… ¿usted que dice?.
-Tú me estás preguntando cojude…., como voy yo a saber, ni que fuera brujo…..
Y después continuó…Hablando del tiempo, esos de la fábrica (EXSA) que se creen los muy bacanes, a un cojud… de esos le pregunté: qué hora era y me dijo mirando su reloj, son las catorce y treinta…. A lo cual le dije: Tu estas bien coju…como van a ser las catorce si el reloj solo tiene hasta las doce no más……
-Jajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajaj, la risa de los pescadores hizo que las mallas de las redes se rompieran por los saltos que daban, al escuchar a don Maga, impredecible, pícaro y sincero….Aun no terminaban de reírse cuando agregó: Y ustedes que tanto se ríen, se creen los muy vivos si también son unos tremendos huev….siempre les escucho decir que la mar está en llena, que la mar está en seca…. A mí me van a hacer cojud. Cuando mierd… el mar se va a secar con tanta agua que tiene….y Chauuuu me voy…..dijo y se marchó… La risa fue tremenda debido a la gracia que causó esta expresión. Los amigos pescadores se encargaron de contar la ocurrencia en los diferentes círculos sociales del pueblo,  sin sospechar siquiera que “Don Maga” había dejado una frase para la posteridad en nuestro valle.
En las reuniones sociales, en los matrimonios, bautizos, quinceañeros, aniversario de bodas y misas de año, es característica de la idiosincrasia de nuestro pueblo y fecha propicia para que la familia anfitriona, en esmerada  atención,  ofrezca a los comensales entre familiares,  invitados y “agregados” la rica carapulcra lurinense, plato exquisito y típico de nuestro pueblo, hecha con papa seca,  maní, cabeza de chancho, acompañada de la sopa seca con gallina, que es el  deleite de propios y extraños, como si fuera poco, regada con un buen vino y luego con la espumante cerveza.  Allí es frecuente escuchar cuando alguien recibe la botella o la jarra a punto de terminar…

 - ¡Fíjate pues, me la estás dando en seca: ¡Pásame otra Jarra!...Y la respuesta, mirando al anfitrión y al bien surtido bar, no se hace esperar: Como dijo “Don Maga”:.... ¡En seca, en seca,  cuando se va a secar, habiendo tanta agua en el mar!…

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