LA SALSA EN LA ESCUELA
Teníamos
recién casi dos semanas de internados en el Centro de Especialización de la Fuerza Aérea del Perú y ya se dejaba sentir el cambio drástico de la vida
civil con la vida militar, todo tenía su tiempo exacto, no habían espacios
vacíos, marcados por una rutina estricta y bajo régimen disciplinario, así que
tuvimos que adaptarnos tan rápido como nos era posible….
Sin
embargo no se podía perder el espíritu alegre y jovial de jóvenes adolescentes
que en su mayoría no llegaba a los 20 años de edad y que estaban con las
alforjas repletas de sueños e ilusiones, cada uno con sus diferentes
inquietudes traídas desde la casa y de los diferentes barrios de la ciudad
capital y en algunos casos desde ciudades del interior del país.
Habíamos
retornado del comedor y teníamos media hora para asearnos y luego salir a
formación para las clases programadas en la tarde, en la Escuela de Aerotécnica
y de Electrónica, respectivamente….Siempre era el momento oportuno para las
tertulias en la cuadra, hasta donde lo permitía el escaso tiempo que marcaba la
pesada rutina.... Fue entonces que ingresó Arturito, "Con ese tumbao que tienen los guapos al caminar..." con su radio al oído y a
todo volumen que dejaba escuchar una salsa de Hector Lavoe y dijo: - - -“Quiero
saber quien en esta cuadra sabe bailar salsa…” y sale Pepesan y le increpa: Y
tu de donde saliste para empezar no eres de este dormitorio así que circula
no mas…..
- - O sea que te chupas moreno, yo que creía que
tenias mas clase!...
Alguien
gritó desde la puerta de la cuadra: ¡No está el monitor, así que en el ruedo
pican los gallos!…
Se
pusieron dos camarotes en la puerta como tranca para que nadie pudiera ingresar
y se juntaron más o menos seis radios portátiles y los camarotes y
roperos cercanos fueron colocados a la pared y de esta manera quedo conformado la improvisada pista de baile para la disputa….
Pepesan
fue el primero que se lanzó al ruedo diciendo: Yo soy de Barranco, barrio donde
se baila salsa de la buena y desde la cuna…
Saltó
de su camarote el “Chito” Arana diciendo: Yo soy del rico “Llauca” y me devoro
a este zambito con tenedor y cuchara, mientras se contorneaba al ritmo de la
música, de esta manera ya estaba conformada la primera pareja.
No
se quiso quedar atrás Roberto Mora y se lanzó al ruedo diciendo: Yo soy del
rico “Suyorqui”…allí si que se baila la salsa dura y de la brava, por si acaso
y para los sapos, soy del barrio de Villa Victoria y se bajó del camarote
cantando..”Marca el paso que se te rompe el vestido…”
Entró
a tallar “El Cabezón” Iraola diciendo yo si soy del legítimo Surquillo y no de
barriadas así que te voy a enseñar cómo se baila la salsa….
Empezó
el ritmo con arengas de los demás compañeros quienes con su palmas y silbidos daban
aliento a los compañeros que se encontraban en la reñida competencia, hasta que
terminó el primer round …..Ya no se muevan que viene la segunda canción y
sintonizaron los pequeños radios portátiles en la misma estación, con otra canción de don Héctor Lavoe…..
Cuando
mejor y más animosa se encontraba la reunión sentimos que empujaban la puerta y
como por algún poder mágico provocado por el susto, no pasaron ni treinta segundos para que la cuadra
quedara con todos sus enseres en perfecto orden, parecía que simplemente no había pasado nada….
-Abrió la puerta Odón que
estaba más cerca desde su posición en el dormitorio y entró el famoso y temido don Reynaldo mas conocido cono “El Cuervo”, Técnico Instructor
Militar que estaba de Servicio de disciplina y que siempre a esa hora pasaba
revista por todas las cuadras de nuestra Compañía.
-Así que ahora los “perros”
hacen fiesta después del almuerzo y con puerta cerrada todavía… con una varita de madera en la mano revisó minuciosamente cada rincón, momento que aprovechó Arturito
para emprender la fuga, siendo de otro dormitorio, ese asunto no era con él.
-Bueno
muchachitos ustedes han estado haciendo bulla, esto parecía un vergel, ya saben
que esto no es un parque de diversiones si no una Escuela de Formación Militar,
así que en la noche van a salir a correr después del parte de ocho, yo estoy de Servicio de Disciplina, vamos a ver quien se cansa
si ustedes corriendo o yo contando cuantas vueltas van a dar a la explanada,
dijo “El Cuervo” y se marchó dando golpes con la vara a los que encontraba al
momento de salir……
Llegó
la hora del parte nocturno y se cumplió la promesa ofrecida cuando pensábamos
que se había olvidado y nos íbamos a dormir… Todos se van y se queda los
angelitos del dormitorio 9, esos que les gusta cantar y bailar, ahora van a
cantar conmigo….
Empezó
la masacre y cuando íbamos por la vuelta quince y ya se dejaban sentir los
estragos en nuestro físico empezaron los descontentos y reclamos airados. Nosotros
estamos corriendo por culpa del famoso Arturito y el está bien cómodo durmiendo,
eso no es justo…
Oye
Pepesan tu eres el que inició todo, es por tu culpa que nos están maltratando.
-Corre
nomas, hazte hombrecito, si no te gusta pide tu baja….
Hasta
que se escuchó la voz del “chito” Arana quien se encontraba casi al final del grupo, adelantándose dijo: Ya muchachos no renieguen, si la pasamos bien y la gozamos ahora
también, debemos estar juntos en las buenas y en las malas…. Además la noche es
joven y podemos seguir cantando total al “Cuervo” le gusta que canten y empezó:
“Entren que caben cien, cincuenta parados y cincuenta de pie”… y la gente le
siguió con el coro de aquella melodía en salsa, del gran Héctor Lavoe…. “El
Cuervo” que nos seguía con mirada vigilante nos dijo de manera “Cachacienta” así
que están contentos entonces sigan corriendo, angelitos….Y seguimos corriendo
hasta la media noche, que era el relevo de nuestro recordado Técnico. Ahora
ingresan a su dormitorio sin hacer ruido para no molestar a los que están
durmiendo…Así lo hicimos esa noche sudorosos y sin bañarnos, renegando nos
metimos al sobre….
Cada
vez que escucho esta canción, en alguna reunión vienen a mi memoria estos
momentos inolvidables con la muchachada de la Di Tolla, de la Cuadra Nueve…..
Son
estas pequeñas anécdotas ocurridas durante esos años en la Escuela, las que
moldearon nuestro carácter y desarrollaron nuestro espíritu de solidaridad y de
hermandad, aprendimos a valorar el hecho de convivir con las mismas alegrías y
sufrimientos, comer los alimentos de la misma olla, lavar en turno nuestras “gamelas” y que en la noche un
compañero velara nuestros sueños..... Vivencias realmente irrepetibles y que perduran en
el tiempo…desde aquel, ahora lejano 08 de febrero de 1974 han pasado 40 años
durante los cuales se han fortalecidos nuestros lazos espirituales y agradecemos a Dios por
habernos otorgado la dicha y el inmenso placer de pertenecer a la Gran Familia de
la Promoción EDUARDO DI TOLLA STORACCE.
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